PARA LOS QUE DEJAN EL INSTITUTO

Konstantínos Kaváfis.
ÍTACA.

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
COMIENZA LA CUARTA JORNADA DEL DECAMERÓN, EN LA CUAL, BAJO EL GOBIERNO DE FILOSTRATO, SE RAZONA SOBRE AQUELLOS CUYOS AMORES TUVIERON UN FINAL INFELIZ.
La jornada cuarta empieza con una introducción en la que Boccaccio contesta a sus críticos y cuenta una historia sobre un padre (Filippo Balducci)que deseando guardar a su hijo de los pecados de la carne, lo lleva a vivir de niño en un bosque solitario, sin embargo, cuando el padre visita una ciudad con su hijo, ya adolescente, éste decide que lo único que desearía llevarse con él a su retiro son las cosas que su padre llama gansas (mujeres)

NOVELA PRIMERA
Tancredo, príncipe de Salerno, mata al amante de su hija Ghismunda y le manda a esta el corazón en una copa de oro; la cual, echando sobre él agua envenenada, se la bebe y muere . 


NOVELA SEGUNDA
Fray Alberto convence a una mujer de que el arcángel Gabriel está enamorado de ella y, como si fuera él, muchas veces se acuesta con ella, luego, por miedo a los parientes de ella huyendo de su casa se refugia en casa de un hombre pobre, el cual, como a un hombre salvaje, al día siguiente a la plaza lo lleva; donde, reconocido, sus frailes le echan mano y lo encarcelan.

NOVELA TERCERA
Tres jóvenes aman a tres hermanas y con ellas se fugan a Creta, la mayor, por celos, mata a su amante, la segunda, entregándose al duque de Creta, salva de la muerte a la primera, cuyo amante la mata y con la primera huye, es culpado de ello el tercer amante con la tercera hermana y, presos, lo confiesan y por temor a morir corrompen con dinero a la guardia, y, pobres, huyen a Rodas y en la pobreza allí mueren .


NOVELA CUARTA
Gerbino, contra la palabra dada al rey Guilielmo, su abuelo, combate una nave del rey de Túnez para quitarle a una hija suya; y matada ésta por los que allí iban, los mata, y a él luego le cortan la cabeza. 

NOVELA QUINTA
Los hermanos de Isabetta matan a su amante, éste se le aparece en sueños y le muestra dónde está enterrado, ella ocultamente le desentierra la cabeza y la pone en un tiesto de albahaca y llorando sobre él todos los días durante mucho tiempo, sus hermanos se lo quitan y ella se muere de dolor poco después. 



NOVELA SEXTA
Andreuola ama a Gabyiotto; le cuenta un sueño que ha tenido y él a ella otro; repentinamente se muere en sus brazos, mientras ella con una criada a su casa lo llevan son apresadas por la señoría, y ella dice lo que ha sucedido; el podestá la quiere forzar, ella no lo sufre, se entera su padre y, hallándola inocente, la hace liberar, ella, rehusando seguir en el mundo, se hace monja. 

NOVELA SÉPTIMA
Simona ama a Pasquino; están juntos en un huerto; Pasquino se frota los dientes con una hoja de salvia y se muere; Simona es apresada, la cual, queriendo mostrar al juez cómo murió Pasquino, frotándose con una de aquellas hojas los dientes, muere del mismo modo.

NOVELA OCTAVA
Girólamo ama a Salvestra; empujado por los ruegos de su madre va a París,, vuelve y la encuentra casada; entra a escondidas en su casa y se queda muerto a su lado, y llevado a una iglesia, Salvestra muere a su lado.

NOVELA NOVENA
Micer Guiglielmo de Rosellón da a comer a su mujer el corazón de micer Guiglielmo Guardastagno, muerto por él y amado por ella; lo que sabiéndolo ella después, se arroja de una alta ventana y muere, y con su amante es sepultada .

NOVELA DÉCIMA
La mujer de un médico, teniéndole por muerto, mete a su amante narcotizado en un arcón que, con él dentro, se llevan dos usureros a su casa; al recobrar el sentido, es apresado por ladrón; la criada de la señora cuenta a la señoría que ella lo había puesto en el arcón robado por los usureros, con lo que se salva de la horca, y los prestamistas por haber robado el arca son condenados a pagar una multa.

















LA WIKIPEDIA Y EL ETERNO RETORNO

(leído en microsiervos)
Resulta curioso: si buscas cualquier entrada en wikipedia, sea lo que sea, y después pinchas siempre en el primer enlace que aparezca en el texto que:
A) No esté entre paréntesis
B) No esté en cursiva
Acabarás siempre en la entrada de Wikipedia correspondiente a FILOSOFÍA.

¡FELIZ DÍA DE LA TOALLA!

Hoy, día 25 del mayo, se celebra una de las fiestas más importantes del calendario: EL DÍA DE LA TOALLA.
Como todo viajero estelar sabe, cualquier dato necesario para viajar por la galaxia se encuentra en LA GUÍA DEL AUTOESTOPISTA GALÁCTICO, y de entre todos los consejos importantes, el primero, el básico, el que nadie debe nunca obviar es este: siempre hay que llevar una toalla, mantente siempre cerca de tu toalla. ¿Por qué? Veámoslo:

La Guía del autoestopista galáctico tiene varias cosas que decir respecto a las toallas.Dice que una toalla es el objeto de mayor utilidad que puede poseer un autoestopista interestelar. En parte, tiene un gran valor práctico: uno puede envolverse en ella para calentarse mientras viaja por las lunas frías de jaglan Beta; se puede tumbar uno en ella en las refulgentes playas de arena marmórea de Santraginus V, mientras aspira los vapores del mar embriagador; se puede uno tapar con ella mientras duerme bajo las estrellas que arrojan un brillo tan purpúreo sobre el desierto de Kakrafun; se puede usar como vela en una balsa diminuta para navegar por el profundo y lento río Moth; mojada, se puede emplear en la lucha cuerpo a cuerpo; envuelta alrededor de la cabeza, sirve para protegerse de las emanaciones nocivas o para evitar la mirada de la Voraz Bestia Bugblatter de Traal (animal sorprendentemente estúpido, supone que si uno no puede verlo, él tampoco lo ve a uno; es tonto como un cepillo, pero voraz, muy voraz); se puede agitar la toalla en situaciones de peligro como señal de emergencia, y, por supuesto, se puede secar uno con ella si es que aún está lo suficientemente limpia,
Y lo que es más importante: una toalla tiene un enorme valor psicológico. Por alguna razón, si un estraj (estraj: no autoestopista) descubre que un autoestopista lleva su toalla consigo, automáticamente supondrá que también está en posesión de cepillo de dientes, toallita para lavarse la cara, jabón, lata de galletas, frasca, brújula, mapa, rollo de cordel, rociador contra los mosquitos, ropa de lluvia, traje espacial, etc. Además, el estraj prestará con mucho gusto al autoestopista cualquiera de dichos artículos o una docena más que el autoestopista haya «perdido» por accidente. Lo que el estraj pensará, es que cualquierhombre que haga autoestop a todo lo largo y ancho de la galaxia, pasando calamidades, divirtiéndose en los barrios bajos, luchando contra adversidades tremendas, saliendo sano y salvo de todo ello, y sabiendo todavía dónde está su toalla, es sin duda un hombre a tener en cuenta.



Esto es lo primero que aprende uno de los protagonistas, Arthur Dent, un terrestre salvado por su amigo y extraterrestre, Ford Prefect, justo antes de que la Tierra fuera arrasada (y eso fue una tragedia mayor de lo que creéis, casi había completado su función, casi). Ambos recorrerán la Galaxia a bordo del Corazón de Oro, magnífica nave espacial cuyo motor funciona gracias a la energía de la Improbabilidad Infinita. Les acompañarán el presidente bicéfalo de la galaxia, Triliam, una terrestre ya exiliada y Marvin, un robot pesimista y desengañado.
También conoceremos, si decidimos leer la Guía de la respuesta que dio Pensamiento Profundo, la segunda mejor supercomputadora que ha existido, a la pregunta sobre el Universo, la vida y todo lo demás. Tardeo siete millones de años y la respuesta, que aparece en este post, no satisfizo a sus creadores. No, no los satisfizo en absoluto, claro, que a lo mejor ya habían olvidado la pregunta.
La Guía del Autoestopista Galáctico es la primera parte de una "Trilogía en cinco partes":
  • La Guía del Autoestopista Galáctico
  • El Universo, la vida y todo lo demás
  • El restaurante del fin del mundo
  • Hasta luego y gracias por el pescado
  • Informe final sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva
La primera parte ya ha llegado al cine:



Recomendado para los amantes de la Ciencia Ficción y el humor negro o al menos profundamente gris.
El Capitán Alatriste es un personaje que protagoniza varias novelas de Arturo Pérez Reverte. 
El protagonista, que da nombre a la serie de novelas, es un antiguo soldado de Flandes que entre batalla y batalla sobrevive en el Madrid de los Austrias como soldado de fortuna: batiéndose por aquellos a los que le falta valor, dando sustos a acreedores, jugando y también matando. Como se nos al principio de la primera novela: No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente.
Las novelas son muy entretenidas y, una vez que te haces al vocabulario, bastante fáciles de leer. También existen cómics y por supuesto la película dirigida por Agustín Díaz Yanes.

Uno de los personajes principales, tanto de la película como de las novelas, es Quevedo:

EL ARTE DE SER PRUDENTE

"Oráculo manual y Arte de Prudencia" es una obra de Baltasar Gracián compuesta por 300 aforismos. Forma parte de la prosa didáctica del barroco y seguiría la línea de El Cortesano de Castiglioni y El Príncipe de Maquiavelo aunque con un tono más moderado y religioso. Veamos alguna de las máximas que componen esta obra:

  • Refina lo que te dio la naturaleza. No hay belleza que no haya sido trabajada, ni virtud que no luzca bárbara sin el brillo de la elaboración. Lo que se pule mejora lo malo y perfecciona lo bueno. Si te quedas en lo que te dio la naturaleza, seras común y corriente. Aplícate cada día al arte de superarte.
  • Valora más la calidad que la cantidad. No consiste la perfección en la cantidad, sino en la calidad. Todo lo muy bueno ha sido siempre poco y raro. No se valora mucho lo que existe en abundancia.
  • Descubre tu principal virtud. Has de saber en qué profesión eres más capaz, y cultivar eso, y usarlo para ayudar a los demás. Cualquiera puede conseguir la prestancia en algo, si descubre que esa es su vocación.
  • Huye de los conflictos, que siempre traen otros. Es de los primeros requerimientos de hombre comedido. Los más capaces e inteligentes están siempre lejos de caer en esas situaciones problemáticas.
  • Sé juicioso y observador. Así dominarás las situaciones, en vez de que ellas te dominen a ti. Penetra con tu pensamiento hasta lo más profundo, aprende a analizar y juzgar todo. Cuando veas a una persona, estudia y valora su esencia profunda.
  • Nunca te faltes el respeto. Ni pelees contigo mismo a solas. Sea tu misma entereza la norma que guíe tu rectitud, y témele más a la severidad de tu dictamen que a los preceptos externos que prediquen otros.
  • Es importante que sepas elegir. Generalmente, de esto depende tu vida. Se fundamenta en el buen juicio y el recto pensar, para lo cual no bastan inteligencia y estudio. Se necesita sobre todo el discernimiento. 
Pincha sobre la imagen para ir al texto completo:



EPÍSTOLA MORAL A FABIO

En esta época de oropeles, pan y circo, conviene recordar a Andrés Fernández de Andrada:

Fabio, las esperanzas cortesanas

prisiones son do el ambicioso muere

y donde al más astuto nacen canas.



El que no las limare o las rompiere,

ni el nombre de varón ha merecido,

ni subir al honor que pretendiere.



El ánimo plebeyo y abatido

elija, en sus intentos temeroso,

primero estar suspenso que caído;



que el corazón entero y generoso

al caso adverso inclinará la frente

antes que la rodilla al poderoso.



Más triunfos, más coronas dio al prudente

que supo retirarse, la fortuna,

que al que esperó obstinada y locamente.



Esta invasión terrible e importuna

de contrarios sucesos nos espera

desde el primer sollozo de la cuna.



Dejémosla pasar como a la fiera

corriente del gran Betis cuando airado

dilata hasta los montes su ribera.



Aquel entre los héroes es contado,

que el premio mereció, no quien le alcanza

por vanas consecuencias del estado.



Peculio propio es ya de la privanza

cuanto de Astrea fue, cuando regía

con su temida espada y su balanza.



El oro, la maldad, la tiranía

del inicuo procede y pasa al bueno.

¿Qué espera la virtud o qué confía?



Ven y reposa en el materno seno

de la antigua Romúlea, cuyo clima

te será más humano y más sereno.



Adonde por lo menos, cuando oprima

nuestro cuerpo la tierra, dirá alguno:

«Blanda le sea», al derramarla encima;



donde no dejarás la mesa ayuno

cuando te falte en ella el pece raro

o cuando su pavón nos niegue Juno.



Busca, pues el sosiego dulce y caro,

como en la oscura noche del Egeo

busca el piloto el eminente faro;



que si acortas y ciñes tu deseo

dirás: «Lo que desprecio he conseguido,

que la opinión vulgar es devaneo».



Más precia el ruiseñor su pobre nido

de pluma y leves pajas, más sus quejas

en el bosque repuesto y escondido,



que agradar lisonjero las orejas

de algún príncipe insigne, aprisionado

en el metal de las doradas rejas.



Triste de aquel que vive destinado

a esa antigua colonia de los vicios,

augur de los semblantes del privado.



Cese el ansia y la sed de los oficios,

que acepta el don y burla del intento

el ídolo a quien haces sacrificios.



Iguala con la vida el pensamiento,

y no le pasarás de hoy a mañana,

ni quizá de un momento a otro momento.



Casi no tienes ni una sombra vana

de nuestra antigua Itálica, ¿y esperas?

¡Oh error perpetuo de la suerte humana!



Las enseñas grecianas, las banderas

del senado y romana monarquía

murieron, y pasaron sus carreras.



¿Qué es nuestra vida más que breve día

do apenas sale el sol cuando se pierde

en las tinieblas de la noche fría?



¿Qué más que el heno, a la mañana verde,

seco a la tarde? ¡Oh ciego desvarío!

¿Será que de este sueño se recuerde?



¿Será que pueda ver que me desvío

de la vida viviendo, y que está unida

la cauta muerte al simple vivir mío?



Como los ríos, que en veloz corrida

se llevan a la mar, tal soy llevado

al último suspiro de mi vida.



De la pasada edad, ¿qué me ha quedado?

¿O qué tengo yo, a dicha, en la que espero

sin ninguna noticia de mi hado?



¡Oh, si acabase, viendo cómo muero,

de aprender a morir antes que llegue

aquel forzoso término postrero:



antes que aquesta mies inútil siegue

de la severa muerte dura mano,

y a la común materia se la entregue!



Pasáronse las flores del verano,

el otoño pasó con sus racimos,

pasó el invierno con sus nieves cano;



las hojas que en las altas selvas vimos

cayeron, ¡y nosotros a porfía

en nuestro engaño inmóviles vivimos!



Temamos al Señor, que nos envía

las espigas del año y la hartura

y la temprana pluvia y la tardía.



No imitemos la tierra siempre dura

a la aguas del cielo y al arado,

ni la vid cuyo fruto no madura.



¿Piensas acaso tú que fue criado

el varón para rayo de la guerra,

para surcar el piélago salado,



para medir el orbe de la tierra

y el cerco donde el sol siempre camina?

¡Oh, quien así lo entendiese cuánto yerra!



Esta nuestra porción, alta y divina,

a mayores acciones es llamada

y en más nobles objetos se termina.



Así, aquella que al hombre sólo es dada,

sacra razón y pura, me despierta,

de esplendor y de rayos coronada;



y en la fría región dura y desierta

de aqueste pecho enciende nueva llama,

y la luz vuelve a arder, que estaba muerta.



Quiero, Fabio, seguir a quien me llama

y callado pasar entre la gente,

que no afecto los nombres ni la fama.



El soberbio tirano del Oriente,

que maciza las torres de cien codos

del cándido metal puro y luciente,



apenas puede ya comprar los modos

del pecar; la virtud es más barata,

ella consigo misma ruega a todos.



¡Pobre de aquel que corre y se dilata

por cuantos son los climas y los mares,

perseguidor del oro y de la plata!



Un ángulo me basta entre mis lares,

un libro y un amigo, un sueño breve,

que no perturben deudas ni pesares.



Esto tan solamente es cuanto debe

naturaleza al simple y al discreto,

y algún manjar común, honesto y leve.



No, porque así te escribo, hagas conceto

que pongo la virtud en ejercicio;

que aun esto fue difícil a Epicteto.



Basta al que empieza aborrecer el vicio

y el ánimo enseñar a ser modesto;

después le será el cielo más propicio.



Despreciar el deleite no es supuesto

de sólida virtud, que aun el vicioso

en sí propio le nota de molesto.



Mas no podrás negarme cuán forzoso

este camino sea al alto asiento,

morada de la paz y del reposo.



No sazona la fruta en un momento

aquella inteligencia que mensura

la duración de todo su talento.



Flor la vimos primero hermosa y pura,

luego materia acerba y desabrida,

y perfecta después, dulce y madura.



Tal la humana prudencia es bien que mida

y dispense y comparta las acciones

que han de ser compañeras de la vida.

No quiera Dios que siga los varones

que moran nuestras plazas, macilentos,

de la virtud infames histrïones;



esos inmundos, trágicos, atentos

al aplauso común, cuyas entrañas

son infaustos y oscuros monumentos.



¡Cuán callada que pasa las montañas

el aura, respirando mansamente!

¡Qué gárrula y sonante por las cañas!



¡Qué muda la virtud por el prudente!

¡Qué redundante y llena de ruido

por el vano, ambicioso y aparente!



Quiero imitar al pueblo en el vestido,

en las costumbres sólo a los mejores,

sin presumir de roto y mal ceñido.

No resplandezca el oro y los colores

en nuestro traje, ni tampoco sea

igual al de los dóricos cantores.



Una mediana vida yo posea,

un estilo común y moderado,

que no note nadie que lo vea.



En el plebeyo barro mal tostado

hubo ya quien bebió tan ambicioso

como en el vaso múrrino preciado;



y alguno tan ilustre y generoso

que usó, como si fuera plata neta,

del cristal transparente y luminosos.



Sin la templanza, ¿viste tú perfeta

alguna cosa? ¡Oh muere!, ven callada,

como sueles venir en la saeta;



no en la tonante máquina preñada

de fuego y de rumor, que no es mi puerta

de doblados metales fabricada.



Así, Fabio, me muestra descubierta

su esencia la verdad, y mi albedrío

con ella se compone y se concierta.



No te burles de ver cuánto confío,

ni al arte de decir, vana y pomposa,

el ardor atribuyas de este brío.



¿Es, por ventura, menos poderosa

que el vicio la virtud? ¿Es menos fuerte?

No la arguyas de flaca y temerosa.



La codicia en las manos de la suerte

se arroja al mar, la ira a las espadas,

y la ambición se ríe de la muerte.



¿Y no serán siquiera tan osadas

las opuestas acciones si las miro

de más ilustres genios ayudadas?



Ya, dulce amigo, huyo y me retiro

de cuanto simple amé; rompí los lazos.

Ven y verás al alto fin que aspiro

antes que el tiempo muera en nuestros brazos.

Tempus fugit y Nascendo quotidie morimur son dos de los tópicos más frecuentes en la poesía barroca. Veamos cómo aparecen en algunos poemas de Góngora y Quevedo:
 
 
Represéntase la brevedad de lo que se vive
y cuán nada parece lo que se vivió


"¡Ah de la vida!" ... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde. ¡Que sin poder saber cómo ni adónde,
la salud y la edad se hayan huído!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será y un es cansado.
En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.
                      Quevedo

Signifícase la propria brevedad de la vida,
sin pensar y con padecer, salteada de la muerte


¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!
¡Poco antes, nada; y poco después, humo!
¡Y destino ambiciones, y presumo
apenas punto al cerco que me cierra!
Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.

Ya no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento,
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.
                             Quevedo
De la brevedad engañosa de la vida

Menos solicitó veloz saeta
destinada señal, que mordió aguda;
agonal carro por la arena muda
no coronó con más silencio meta,
que presurosa corre, que secreta
a su fin nuestra edad. A quien lo duda,
fiera que sea de razón desnuda,
cada sol repetido es un cometa.

¿Confiésalo Cartago, y tú lo ignoras?
Peligro corres, Licio, si porfías
en seguir sombras y abrazar engaños.

Mal te perdonarán a ti las horas;
las horas que limando están los días,
los días que royendo están los años. 
                                    Góngora
Soneto

Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello; mientras a cada labio, por cogello.
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. 
                                                                  Góngora
Hay quien dice que este soneto de Quevedo es el mejor de la lengua castellana:

Amor constante más allá de la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra, que me llevare el blanco día;
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso linsojera;

mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria en donde ardía;
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa:

Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrán sentido.
Polvo serán, mas polvo enamorado.


Algunos enlaces interesantes sobre este poema:

Poesía para alumnos naúfragos
Centro virtual Cervantes
Texto comentado
Por último, como curiosidad, os dejo el soneto traducido en inglés:
Love constant beyond Death

Perhaps whatever final shadow that
the shining day may bring could close my eyes,
and this my soul may well be set aflight
by time responding to its longing sighs;

but it will not, there on the farther shore
its memory leave behind, where once it burned:
my flame the icy current yet can swim,
and so severe a law can surely spurn.

Soul by no less than a god confined,
veins that such a blazing fire have fueled,
marrow to its glorious flames consigned:

the body will abandon, not its woes;
will soon be ash, but ash that is aware;
dust will be, but dust whose love still grows.




 Dafne era una ninfa, hija de Peneo, un dios-río que transcurre por la región griego de Tesalia.
Apolo, dios del sol y de la música, era un gran cazador y quería matar una gran serpietne que tenía su guarida en el monte Parnaso. Consiguió su objetivo, pero con ello irritó a los demás dioses, puesto que el lugar en el que la cacería había tenido lugar, Delfos, era sagrado. 
Apolo reclamó el lugar para sí, se apoderó del oráculo y creó unos juegos  que se celebraban anualmente. Orgulloso de su victoria, se burló de Eros, pues siendo un niño llevaba arco y flechas.
Eros decidió vengarse: disparó a Apolo una flecha de oro que le hizo enamorarse locamente de la ninfa Dafne, mientras que ella era a su vez herida por una flecha de plomo que le hizo odiar el amor y especialmente el que Apolo sentía hacia ella. 
Apolo se dedicó a perseguir a Dafne quien huía impelida por un sentimiento de repulsión. Poco a poco Apolo fue reduciendo distancias y cuando ya iba a darle alcance, Dafne imploró a su padre, el río Peneo, para que la librara del acoso.
Poco a poco Dafne se va convirtiendo en árbol: la piel se recubre de cortez, los cabellos enverdecen y se convierten en hojas, sus brazos son ya ramas, los pies se hunden en la tierra y buscan, como raíces, el agua vivificadora,... Se ha transformado en laurel. 
Este árbol será a partir de ahora el símbolo del amor insatisfecho de Apolo, quien, al alcanzarlo, puede aún sentir bajo la corteza que se endurece la tibieza del cuerpo deseado.
Dafne se ha librado del amor, Apolo se ha sumido en la desesperación.
El amor imposible del Dios Apolo inspiró a Garcilaso uno de sus más famosos sonetos, en el que, comparando a su amada indiferente con la esquiva Dafne y a él mismo como el doliente Apolo, recrea este mito:

SONETO XIII
Waterhouse
A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.
De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!

 Esta escena ha sido también recreada en la pintura y la escultura:



GEORGE MELIES, EL MAGO DEL CINE

El cine nació el 28 de diciembre de 1895. Los hermanos Lumière organizaron una proyección en Salón Indio del Gran Café del Bulevar de los Capuchinos, en París. Uno de los asistentes a esa proyección, George Méliès quedó impresionado y preguntó a los hermanos Lumière sobre las posibilidades de explotar el invento. Ellos, según una anécdota, trataron de disuadirlo, pensaban que podría mantener el interés como curiosidad científica durante un tiempo, pero desde luego, no tendría ningún valor comercial.

 Se equivocaron, claro está. Pero tal equivocación podemos atribuirla en gran medida al ingenio y el buen hacer de gentes como Méliès, que convirtieron el cine en espectáculo. 

Los hermanos Lumière pretendían retratar la realidad, Méliès se dedicó a contar historias. Además utilizó trucos de magia, escenografías fantásticas y gracias a un golpe de suerte descubrió lo que hoy conocemos como efectos especiales: mientras proyectaba una cinta tomada días antes, vio con cómo un autobús se transformaba bruscamente en una carroza fúnebre. La película se había detenido un momento al tomar las imágenes y este incidente se convertiría en piedra fundamental del trucaje cinematográfico.

También filmó en color, como podemos ver en la siguiente cinta: "Le Locataire Diabolique"


Una de sus películas más conocidas, con multitud de trucos y gran despliegue escenográfico es "Le voyage dans la Lune", EL VIAJE A LA LUNA, rodada en 1902:






Podemos encontrar rasgos subjetivos en un texto tanto en el uso de determinadas modalidades oracionales como en el léxico o en los signos de puntuación y la organización de las ideas. Un texto subjetivo tendrá alguna de estas características:
  • Uso de la primera persona (pronombres y verbos)
"Llevo aquí poco tiempo" "Permítame contarlo del modo más conmovedor"
  • Oraciones exclamativas, dubitativas, desiderativas, exhortativas (por lo tanto, muchas de ellas en subjuntivo)
"¡Se lo juro, no quiero semejantes virtudes!", "¡Qué expectáculo tan majestuoso!
  • Afirmaciones y negaciones categóricas:
"No aguanto a las personas honestas a las que da miedo acercarse."
"Estas son mis convicciones"
  • Expresiones del tipo: es evidente que, evidentemente, por supuesto,...
"De verdad, esas cosas se hacen aquí"
  • Complementos oracionales que ponen de manifiesto el punto de vista del hablante, a veces podemos encontrar expresiones como:en mi opinión, a mi modo de ver,... Pero no es imprescindible:
"No quiero convertirme", "Sé que he difamado en exceso"
"Puedo hablar de esto con propiedad"
  • Interrogaciones retóricas: 
¿Qué más se puede pedir, si no hay nada más sublime que esto? 
Y luego ¿qué?
  • Ironías, insultos, interjecciones, frases malsonantes,....
"La puesta del sol, la cigüeña sobre el tejado, todo extraordinariamente poético y conmovedor"
  • Hipérboles:
"Todos trabajan como burros y todos ahorran dinero como judíos"
  • A veces aparecen puntos suspensivos, que pueden indicar duda, temor, pausa, suspense,  pensamiento errático,...
"Todo extraordinariamente poético y conmovedor...
"nos leía en voz alta libros semejantes por las tardes a mi madre y a mí..."
"La Amalchen de treinta y cinco años de pecho seco y nariz roja..."
  • La subjetividad puede expresarse también por el uso de:
adverbios: Extraordinariamente, tremendamente,
adjetivos: "honestidad redomada"
diminutivos: Amalchen
asíndeton y polisindeton: "paciencia, inteligencia, honestidad, carácter, firmeza, cálculo y una cigüeña en el tejado"

LO QUE WOODY ALLEN DIRÍA A WERTHER


Gil Pender (Owen Wilson), el protagonista de la última película de Woody Allen, es un escritor de guiones de Hollywood que está de viaje en París con la familia de su prometida. La pareja está planeando su boda y su vida en común. Ella quiere vivir en Malibú, él quiere escribir una novela, vivir en París y pasear bajo la lluvia.
Se quieren, pero este viaje  hará que sean conscientes de sus diferencias.

La película, sin embargo, va más allá. Retomando la mezcla de fantasía y realidad (o realidades paralelas) que este director nos mostró en "La Rosa Púrpura de El Cairo", Allen nos obliga a reflexionar sobre la idea romántica de "La Edad Dorada", la época añorada en la que la vida era mejor.

Al protagonista le gusta París, le gustaría vivir allí, pero lo que de verdad desea es haber vivido en París en los años 20 del siglo pasado, junto con Matisse, Picasso, Hemingway, Fitzgerald,... Compartir ese mundo de genios, en el que el arte era la medida de la vida. Y casi lo consigue, pero se da cuenta de que para aquellos que él admira la Edad Dorada es otra: el París de la Belle Époque.  Empieza  a ser consciente de que no hay épocas magníficas, habitadas por genios y héroes. Es nuestra memoria, individual o colectiva, quien selecciona vidas, obras,... un conjunto de "ahoras" que nunca formaron un continuo y cuyos protagonistas no valoraron más que otros instantes que nosotros hemos convenientemente arrojado al olvido. Lo que convierte en mejor al tiempo pasado es la memoria, el orden y la historia organizada. Lo que convierte en caótico y complicado el presente es justamente que no sabemos distinguir qué momentos son instrancendentes y cuáles son cruciales ¿o acaso lo son todos?

Si consideramos cómo el movimiento romántico añoró épocas pasadas, cómo Werther lograba consolarse solo con Homero y Ossian, la reflexión que Woody Allen nos hace (y que probablemente sea autorreflexión, profilaxis de la propia añoranza) es justo que no existe un pasado perfecto como no hay un presente absolutamente fuera de nuestro control y en el que, dejando aparte las tragedias, podemos encontrar el confort que nuestra fantasía coloca fuera del ahora. Se trata de eso, de luchar para construirnos un ahora que concilie lo que queremos tener y lo que podemos hacer. 

Y además: Antibióticos, calmantes,  primeras damas deseosas de guiarnos, algún torero, mucha mucha absenta, personajes pedantes, París fotografiado como pocas veces, generaciones perdidas y surrealistas que lo ven o no lo ven.

¡Y Rinocerontes!


Algunas indicaciones para la valoración personal:


a. Si el texto es vigente en el momento de su lectura y si es oportuno por su relevancia. Actualidad del texto.

b. Interés particular o general, es decir, a qué sector de la sociedad le afecta más el contenido del texto (a un sector concreto: particular, o a un amplio sector (general). Puede haber temas muy interesantes pero poco importantes (o que nos lo parezcan). Por ejemplo los temas de la prensa rosa suscitan mucho interés pero tienen muy poca importancia.

c. Capacidad para orientar la opinión y regular la conducta del destinatario



d Valorar también el éxito o no del emisor en el planteamiento del texto, sus intenciones y lo que consigue según vuestro juicio particular pero objetivo.

e. La profundidad del tema.

f. Será valorado de manera positiva el hecho de que el texto esté tratando un asunto con profundidad, con argumentos de peso, argumentos variados y datos objetivos.



2. Opinión personal

a. Ampliación de las ideas.

i. Debemos intentar añadir a las propuestas del autor, y en consonancia con lo que él está diciendo y teniendo en cuenta nuestra opinión al respecto, nuevas propuestas, nuevas ideas, nuevos argumentos, nuevos datos, distintas perspectivas que permitan entender el tema aunque no se esté de acuerdo con la tesis del autor.

ii. Debemos intentar relacionar nuestro discurso personal con otras materias o disciplinas (historia, filosofía, economía…).

b. Finalmente debemos dar nuestra opinión personal. Respetuosamente, pero dando nuestra visión particular sobre el asunto. Evitaremos actitudes de desprecio ante temas culturales, sociales y políticos . No obstante se nos pide nuestra visión particular, pero razonada y lógica, no solo basada en la emoción y en el impulso primario.
Otra versión de la canción que da nombre al libro de Salinger, aquí entonada por Ava Gardner:


Y otra versión más, del poema y de la canción:

LA MUJER EN LA POESÍA DE GARCILASO DE LA VEGA on PhotoPeach

Una pequeña universidad de Pennsylvania, la Ursinus College, ofrece una beca donde el principal aliciente es ocupar durante un año la misma habitación utilizada por el autor de El guardián entre el centeno.
Salinger pasó allí solo seis meses en 1938, pero los responsables de la universidad han pensado que esta breve estancia puede atraer a los fans del escritor.

Parece que a los abogados de Salinger (y al propio Salinger, claro) no les gustó mucho la iniciativa y la universidad tuvo que cambiar el nombre de la "beca Salinger", pero aún la conceden, y con el mismo premio adicional: dormir en la cama en la que lo hizo el creador de Holden Caulfield.

Por cierto, son 30.000 euros.


BOCCACCIO Y EL DECAMERÓN, EN ESQUEMAS

GÉNERO
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PERSONAJES
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BOCCACCIO
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ESTRUCTURA
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PERSONAJES
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BOCCACCIO Y SU ÉPOCA
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TEMAS
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COMPOSICIÓN E INFLUENCIAS
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TEMAS
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ESTRUCTURA
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PERSONAJES
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TÉCNICA
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EL AUTOR
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WERTHER Y GOETHE, EN ESQUEMAS

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ESTRUCTURA
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TEMAS
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BAUDELAIRE EN ESQUEMAS

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FRANZ KAFKA Y LA METAMORFOSIS, ESQUEMA

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